¿Cómo puede ayudar la psicoterapia en caso de separación, divorcio o ruptura?

Un momento de la vida en el que muchas personas se deciden a ir a psicoterapia es cuando han tenido una separación, divorcio o ruptura. Tanto si esta separación ha sido decisión propia como si ha venido impuesta por la otra parte, lleva a la mayoría de las personas a plantearse muchos aspectos de su vida.

Después de una ruptura, algunas personas se quedan como sin rumbo, especialmente si suelen basar su bienestar y felicidad en la pareja de forma excesiva, habiendo dejado en segundo término otras facetas. Estas personas seguramente necesitarán que la terapia les ayude a conocerse más a sí mismas, a reflexionar sobre otras necesidades e inquietudes que pueden haber dejado de lado y redefinir sus objetivos en la vida. Por supuesto, también sería una oportunidad para ser más conscientes del propio funcionamiento en la pareja y ver si sería necesario hacer algunos cambios cuando se inicie una nueva relación.

Otras personas pueden quedarse instaladas en la rabia y el resentimiento demasiado tiempo. Estas emociones son normales al principio, pero si no se puede pasar página pueden ocasionar un bloqueo en la vida. Ahí también sería de mucha utilidad un/a psicoterapeuta, ya que podría ayudar a comprender mejor qué es lo que no permite liberarse de esa rabia; qué no permite aceptar y procesar esa separación y por tanto no deja que las heridas cicatricen.

También podemos encontrarnos con personas, que no querían separarse y viven un abandono que no pueden o no quieren aceptar. Puede que anhelen retomar esa relación, y den por hecho que esto va a suceder, aunque su ex pareja haya sido muy clara comunicando su decisión. En este caso, el/la psicoterapeuta ayudará a aceptar la realidad, a tomar conciencia de que todas las personas podemos con ese dolor y a confiar en que más adelante la vida afectiva continuará, vendrán otras personas, otras relaciones…

Hay muchos más casos, posiblemente, pero habría que destacar lo importante que es la psicoterapia en una separación cuando una persona ha sido maltratada de cualquier forma. En este caso, se hace imprescindible. La persona dañada necesita mucho trabajo para recuperar su autoestima y confianza en la vida y en las personas. Necesita sentirse escuchada, comprendida, respetada, y volver a creer en que otro tipo de relación es posible. También puede que necesite que su psicóloga/o le de apoyo y fuerza para enfrentarse a situaciones legales desagradables, derivadas de una relación de maltrato.

Para terminar, es importante aprovechar lo positivo de una ruptura, aparte de liberarse de una relación que no funcionaba para una o ambas partes. Y es que cualquier crisis en la vida también esconde una oportunidad para aprender otras formas de vivir, sacar recursos que no sabíamos que teníamos; en definitiva, para crecer.