¿Cómo te relacionas contigo?

Se viene mucho a terapia por problemas con las relaciones con los demás, cosa fundamental en la vida, por supuesto. Nos preocupamos por tener buenas amistades, nos cuestionamos sobre nuestras relaciones familiares, con los/as compañeros/as de trabajo, con la vecindad…También nos preocupa la soledad. Pero, ¿pensamos en cómo nos relacionamos con nosotras/os mismas/os? No muy a menudo…

Muchas veces, no somos conscientes de la forma en que nos tratamos o qué idea tenemos de nuestra persona. Para darnos cuenta, podríamos preguntarnos: ¿cómo me hablo cuando cometo un error?, ¿Cómo me sienta recibir un elogio?, ¿Qué digo cuando me miro al espejo? ¿Qué cosas no acepto de mí?

A veces tenemos una autoimagen inflada, poco realista, sobrevalorándonos; otras, en cambio, no paramos de exigirnos y fijarnos solo en lo que nos parece deficiente o inadecuado. Y constantemente nos sermoneamos y enfatizamos nuestros defectos o errores. La persona que está en el segundo caso, no puede simplemente quererse; siente que para apreciarse tendría que cumplir ciertos requisitos, tener ciertas cualidades, conseguir determinados logros. Esto podemos haberlo aprendido de la forma en que otros/as nos han tratado, tanto en la infancia como en la edad adulta. Muchas veces, simplemente me trato como me trataron. Pero también la sociedad en general y los valores imperantes pueden tener mucho que ver. Por ejemplo, se puede fomentar que busquemos todo el placer y éxito posibles, y esto no es amarse. Aunque sean cosas deseables, basar el bienestar personal en esto es algo superficial y un tanto narcisista. Pero si no conseguimos ese placer y ese éxito, nos decimos que hemos fracasado, que no servimos para nada.

Por tanto, si descubrimos que no nos apreciamos simplemente porque sí, posiblemente no seamos conscientes de nuestro verdadero yo interno. No se ama lo que no se conoce. Y si solo nos valoramos por lo que nos valoraron otros o  por lo que la sociedad impone que es valioso, no nos daremos la oportunidad de conocer nuestros valores reales, los que nos podrían ayudar a tener una vida más plena.

Por eso te proponemos que investigues un poco cómo te llevas contigo, simplemente fijándote en qué te dices, cuál es tu diálogo interno, cómo te tratas. Si esa forma de tratarte te ayuda a avanzar o si por el contrario te obstaculiza. Si amas lo que eres o te pones condiciones para amarte. Simplemente ser más consciente de esto, puede abrir la puerta a considerar la posibilidad de tratarte mejor, de permitirte la posibilidad de armonizarte contigo mismo/a y desarrollarte más ampliamente.